viernes, 1 de enero de 2010

Calcuta me abre sus puertas

Llegamos a Calcuta creo que el 5 o el 6 de Junio. Como les dije antes, no tengo muy buena memoria, y mucho menos para las fechas.
La Ciudad de la Alegría nos recibía nuevamente, pero esta vez con un caluroso y húmedo abrazo de época de pre monzón, donde las temperaturas se elevan hasta 50°C. En medio de tanto calor parece como si el tiempo se detuviera, las hojas de los árboles totalmente inmóviles y uno busca inútilmente una pequeña brisa que lo refresque. Resulta difícil moverse, dar un sólo paso es como correr 100 metros y cada tanto uno busca un lugar con aire acondicionado para refrescarse un poco. Las botellas de agua no parecen suficientes para hidratarse.
Mucha gente muere durante ésta oleada de calor por la deshidratación y la ausencia de agua potable. Las moscas y los cuervos hacen fiesta, pues la putrefacción se produce a gran velocidad.

La vida en ésta ciudad, a pesar de su clima, continúa su curso normal. Sus habitantes siguen tratando de sobrevivir cada segundo, como lo han hecho desde siempre. Si tienen hoy, es muy probable que ya mañana no tengan. Viven el presente sin saber si habrá futuro.

Días antes de llegar, la ciudad había sido azotada por un fuerte ciclón que dejó a miles de personas sin dónde refugiarse. Otros miles que llegarán a ocupar un lugar en los andenes. El orden en medio del desorden. Cada familia tiene su pedazo de duro andén y respeta el espacio de los demás. Mientras el padre de la familia va a buscar alimento para pasar el día, las mujeres limpian su "hogar" con pequeñas escobas hechas con ramas secas y lavan sus ropas que después cuelgan en los separadores de las calles.
Entre las familias vecinas se colaboran sin importar de dónde provienen ni a qué religión pertenecen. Si alguna familia no tiene alimento, y sus vecinos tienen un poco de arroz o roti*, lo comparten, sabiendo que si mañana ellos no tienen, alguien les dará también. Cuando cae la noche, la temperatura baja un poco y la humedad aumenta, ellos se acomodan perfectamente alineados unos con otros en su pedazo de andén. Algunos tienen hasta camas hechas con pedazos de madera que encuentran en los basureros. Las madres abrazan a sus hijos y los envuelven con la tela de su sari, un cuadro enternecedor que le aprieta a uno el corazón y le hace un nudo en la garganta. Caen dormidos en un profundo sueño donde son felices, para amanecer al siguiente día y continuar con su travesía de supervivencia.

Calcuta, ciudad que guarda millones de historias, llena de vida y algunas veces (como Dominique Lapierre la describe) inhumana, alberga habitantes con miradas tristes, vacías, pero también cálidas y llenas de esperanza.

En ésta ciudad, a pesar de su pobreza, la gente no pide limosna, aunque algunas veces, al descubrir que uno es extranjero (porque los extranjeros son "millonarios") piden algunas rupias. Ellos aceptan su karma y no pierden la esperanza de que en su próxima vida no reencarnarán en un pobre.

La lección que te da esta gente es invaluable. Ellos, sin saber que nos están educando, a nosotros, los de otros mundos, a nosotros los extranjeros que somos "millonarios" y que hemos tenido oportunidades con las que ellos ni siquiera sueñan. Ellos, que sin decirnos una palabra, nos enseñan a vivir, nos enseñan a apreciar, a agradecer. Ellos, que con sólo una mirada nos envían millones de mensajes sin pedir nada a cambio y nos enseñan a vivir.

*Pan redondo y aplastado hecho con harina de trigo y agua. Parecen arepas

3 comentarios:

  1. Hola mi Negra !!! Que maravilla!!! te felicito, no me perderé pié ni puntada de estas crónicas, están buenisimas!!! veo que maritza ya te hizo su comentario, bueno te cuento que por ese lado Castrillón tambien tienes de dónde heredar el don de la escritura,(viste las cartas de Maritza?) Los genes Gómez y cadavid ya lso conocemos todos por éste lado, asi que te auguro muchisimos éxitos con tu blog...Te amo y nuevamente te Felicito, tu Tía Cacaya.

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  2. Mi negrita adorada. Acabo de leer tu segunda crónica y me encantó. Espero que sigas deleitándonos con las narraciones de tus vivencias e impresiones sobre la India. Esa complejidad cultural es una fuente inagotable para cualquier escritor, cronista o simple viajero con sensibilidad artística como la tuya. Felicitaciones

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  3. Gracias mi Rose y mi Capito. Trataré de escribir constantemente, pero algunas veces toma un poco de tiempo, pero por lo menos una entrada a la semana.
    Los amo!!!

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